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lunes, 15 de agosto de 2016

Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo abre dos exposiciones

Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida 
Kahlo abre dos exposiciones




– Con la inauguración de las muestras “Diego Rivera. Director de la Escuela Central de Artes Plásticas 1929-1930” y “Diego Rivera y Kurt Stavenhagen, coleccionistas de arte prehispánico”, el museo...


Con la inauguración de las muestras “Diego Rivera. Director de la Escuela Central de Artes Plásticas 1929-1930” y “Diego Rivera y Kurt Stavenhagen, coleccionistas de arte prehispánico”, el museo casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo celebrará el 130 aniversario del natalicio del muralista mexicano.


Curada por Dafne Cruz Porchini y Claudia Garay Molina, la primera muestra reúne 44 piezas, entre ellas 17 fotografías, 17 documentos facsimilares, siete dibujos y ocho caricaturas, que describen el periodo de gestión del artista plástico al frente de la Escuela Central de Artes Plásticas, de 1929 a 1930.

Su gestión representó un cambio sustancial para la escuela, ya que propuso un nuevo plan de estudios, el cual incluía abrir la Antigua Academia de San Carlos, conocida ahora como la Escuela Central de Artes Plásticas, a los obreros, a quienes además consideraba como el sujeto principal del aprendizaje.

En un recorrido para la prensa, Claudia Garay detalló que la exposición, ubicada en la casa de Rivera (1886-1957) en el complejo museístico, está dividida en tres partes, de las cuales en la planta baja se abordará la vida del artista como estudiante.

Mientras que en el segundo piso la muestra se dividirá en dos, de un lado se abordará la gestión que realizó Diego como director del plantel mencionado, mostrando fotografías, dibujos y cartas del artista dirigidas a directores de fábricas con la intención de invitar a sus obreros a tomar clases.

En el otro, continuó, el público podrá observar un grupo de notas periodísticas que termina con la renuncia de Diego Rivera como director, además de algunas caricaturas y dibujos.

Parte del material utilizado en esta muestra proviene del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, acotó.

La segunda muestra, “Diego Rivera y Kurt Stavenhagen, coleccionistas de arte prehispánico”, tiene el objetivo de difundir la labor de ambos personajes como amantes y protectores de las culturas precolombinas.

Fue instalada en la casa de Frida y en el estudio de Diego; surge a partir de la recepción en custodia permanente de la colección de piezas prehispánicas que el artista obsequió a Emma Hurtado (1907-1974), quien fuera su última esposa.

Reúne un total de 168 piezas, entre ellas 36 obras plásticas de la autoría de Rivera, así como material complementario (libros, fotografías y documentos), 77 piezas prehispánicas en diferentes formatos y 23 creaciones tomadas de diferentes recintos.

Se trata de los museos Soumaya y de Arte Moderno, así como el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), por mencionar algunos.
Dafne Cruz precisó que esta muestra fue dividida en tres núcleos, el primero de los cuales, el introductorio, está basado en dos cuadros pintados por Diego.

El primero de ellos es un retrato de la esposa de Stavenhagen, realizado en 1951, debido a la gran amistad que existía entre ambos artistas y su gran pasión por las piezas prehispánicas.

Mientras que el segundo es “Lucila y los judas” que no se encuentran presente en el recinto, pero fue recreado el espacio, dentro de la exposición permanente, para tratar de asemejar el lugar en el que el artista realizó el cuadro.

El segundo núcleo, titulado “Figura humana”, cuenta con bocetos realizados por Diego, además de las “Caritas sonrientes de Veracruz”, y fotografías del almacén que utilizaba Diego para guardar sus figuras prehispánicas.

El tercer y último núcleo se encuentra dentro del estudio de Diego y cuenta con un video que describe la manera en la que el artista pintó algunos de sus cuadros, además de platos, vasijas y jarritos.


Diego Rivera fue un apasionado de la estética prehispánica, valoró y reconoció el arte antiguo mexicano, lo cual compartió con Kurt Stavenhagen, y a su muerte fue su voluntad devolver esas piezas a la nación.



























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